De tamaño reducido y extremadamente compactos, los detectores electroópticos representan una buena alternativa frente a otro tipo de detectores.
Sin partes móviles, estos detectores permiten su uso en aplicaciones donde puedan existir vibraciones o choques, donde otro tipo de instrumentos ofrecerían un comportamiento impredecible. También son empleados en aquellos casos en que el fluido acarrea partículas ferromagnéticas i por tanto no se pueden emplear elementos magnéticos.
Su elevada resistencia a la presión y a la temperatura, amplia enormemente su campo de aplicación.